Cuando decidí
escribir este blog, fue porque siempre había una historia en mi mente que
contar, era como si la vida me regalar experiencias que debía compartir con los
demás, y porque?, no lo sabía, pero sentía esa necesidad de decirle a los
demás, como iba en mi historia de vida, quizá algunas veces con la intención de
decirle a los demás, ¿y tú que tal vas?
O quizá, te podrá ayudar a no equivocarte como yo, o que tal vez, ves el mundo como yo?, o
simplemente porque tenía ganas de hablar y plasmarlo en estas letras que me
ayuden a desahogar una vida, que no ha sido fácil, pero que está llena de experiencias
y de aprendizaje y como siempre con la intención de ayudar y compartir con los
demás, y si en algún momento esto le sirviera a alguien seria mi mejor regalo,
y mi mejor reconocimiento.
Por eso el día de
hoy escribiere una parte de la historia, la parte que más cuesta escribir, esa
que está llena de emociones contradictorias, como el amor y el odio, y que debe
llegar a una sola conclusión el perdón.
Si el perdón, ese
del que todos nos hablan, de qué si no perdonamos, no podemos seguir, que
debemos perdonar y así podremos
liberarnos de las cadenas del pasado y nuestra alma será libre, que atreves del
perdón el dolor desaparecerá y podremos seguir adelante con nuestras vidas.
Que fácil no?, y
porque no lo hacemos?, porque nos cuesta tanto perdonar?, porque muchos
decidimos no hacerlo y seguir cargando este lastre e nuestra vida? Si solo se
trata de decir perdón y así mágicamente el dolor se esfuma.
Ja , pues
sencillo, porque no sabemos perdonar, no sabemos como perdonar y mucho menos a
quien perdonar.
Yo pensaba y tenía
la firme idea que no sabía perdonar, ya que no olvidaba, y prefería decir, “no
soy nadie para perdonar, y seguía con mi creencia de que solo Dios tenía ese
don, pero un día, me di cuenta que a pesar de mi dolor y mi rabia, el tiempo
pasaba y no olvidaba, pero si, aquella persona que me ofendió regresaba la recibía
con los brazos abiertos y si me necesitaba
la ayudaba, y entonces me preguntaba será que ya la perdone o qué diablos
pasaba, o era yo tan bruta que no recordaba, lo que me había pasado.
Bueno pues para
empezar tendríamos que desmenuzar que es lo que pasaba, y empecé a descubrir
varias cosas, no es que no supiera perdonar, al no olvidar, el no olvidar es la
lección que nos sirve para saber en que no, nos debemos de equivocar, en donde
debemos de poner más atención, para no volvernos a fallar, porque si olvidamos
el pasado tendemos a repetirlo, uno y otra vez hasta que nos quede claro que no
es por ahí.
Ahora si solo
Dios tiene es don, también se me olvido que estamos hechos a su semejanza y por
lo tanto yo y todos nosotros tenemos ese Don, y no solo ese don si no también
ese de amar a los demás con sus cosas buenas y sus cosas malas y hasta con sus
otras cosas, entonces claro que se cómo perdonar, y es tan sencillo, amándome y
amando a los demás, dándonos la oportunidad de recomenzar nosotros mismos y con
los demás, y creo que al final no es que fuera una tonta por ayudar aquellos
que según yo me lastimaron, es que en realidad mi amor hacia mí y a los demás
era mayor que cualquier ofensa.
Ahora viene el
punto más importante a quien perdonar, la creencia siempre fue a los demás, porque
ellos me hicieron, porque ellos me lastimaron, porque ellos defraudaron mi
confianza, pero que creen, que no, el perdón solo puede surgir y liberar el
dolor cuando te perdonas a ti mismo, siii como lo leen, no podemos perdonar a quien
no nos ha dañado, porque los que nos dañamos fuimos nosotros mismos, con nuestras
expectativas y nuestras creencias de lo que deberían darnos los demás, y quien
puede saber que queríamos que nos dieran, si a veces ni nosotros mismos sabemos
que es lo que queremos, mucho menos los demás, así que ese dolor tan profundo
que sentimos es porque nosotros mismos nos defraudamos, pero saben está bien,
porque así es como vamos descubriendo, justo esto que es lo que queremos y que
es lo que tiene que pasar a ser parte de nuestro pasado, aquí es donde empieza
la lección, y aunque duela debemos aprenderla y no olvidar, para que día de
mañana sepamos a dónde queremos ir, sin tenernos que lamentar por el pasado,
que lo único que nos dejo es enseñanza, y si me amo y me perdono,
automáticamente amo y perdono a los demás.
Ahora el
reconocer y aceptar no es fácil, y menos el no crear expectativas o liberarnos
de nuestras creencias que solo fomentan nuestro ego, es un trabajo duro, arduo
y continuo, que duele, sí, pero que nos ayudara a crecer, a amarnos y poder
darle a los demás esa inmensa sabiduría de empezar día con día, si, un poco
como aquella frase, quizá ridícula para los demás, pero cierta, “solo por hoy”.
Entonces solo
por hoy, te pido que te perdones, que te ames y te digas siempre, me perdono,
lo siento y voy a seguir con la experiencia de haberme equivocado, y me voy
aceptar, con lo bueno, con lo malo y con lo otro, y voy a trabajar en no sentir
más culpa por haberme fallado, y cada día, me amare con tanta fuerza, que nada
ni nadie me podrá fallar, ya que o soy el único responsable de lo que hago y lo
que siento.
Todos los días
la vida nos da oportunidad de volver empezar y nunca es tarde para hacerlo,
nunca pienses que no puedes liberar el dolor, claro que puedes renacer incluso
de tus propias cenizas como el ave fénix, y comenzar una nueva vida llena de
experiencias y sabiduría, y dejar por siempre atrás lo que ya no nos sirve.
Ser feliz es la
obligación de cada uno de nosotros, y aunque no sea una tarea fácil, si le pones
un poco de amor y un mucho de comprensión hacia ti mismo y tu limitaciones,
veras que día a día te mantendrás a flote y el dolor por fin un día se habrá
ido.
Por eso libera
con amor tus cargas, déjalas ir, y repite siempre, LO SIENTO, PERDÓN, GRACIAS TE
AMO.
Recuerda no
importa cuánto te hayas fallado, si de verdad te amas, podrás vivir y salir
adelante, y te crearas una vida donde el perdón y el dolor ya no existan, y tú
seas un ser humano maravilloso lleno de luz y que luchara siempre por lo que
más quiere, TU MISMO.
Quisiera agradecer a todas esas personas que han estado
a mi lado en estos días tan grises y de conciencia, pero sobre todo de
aceptación y perdón, que me han ayudado a levantarme y re descubrirme pero en
especial a ti que me diste la oportunidad de volver a creer en mí, de renacer
de mis cenizas y darme cuenta que la vida es bella, y que no importe que tan
dura sea la experiencia siempre se puede y se vale volverse a levantar, tener
una sonrisa y crear un mundo perfecto, gracias por haber estado ahí cuando
pensé que mi dolor me iba a ahogar, y aun cuando hayas sido un ángel que se sentó
a mi lado por un instante, me dejaste
una gran fortaleza y sé que Dios me hizo un gran regalo, porque me perdona y me
ama y así de la nada pude empezar a rescribir mi historia y seguirla
compartiendo con los demás.
Siempre te guardare en mi corazón, aun cuando
ya no estés, ahora sé que las coincidencias no existen solo la mano de Dios.