En mi mundo hay muchas mujeres independientes, pero sobre todo sin pareja, y los comentarios siempre en general son, es demasiado independiente y que no quieren a alguien en su vida, necesitan un campeón y, pues pocos le entran. Así de triste me parece, la realidad cada día el concepto de pareja se va perdiendo, la gente se vuelve individualista, sin compromiso y porque no, egoísta. Lo fácil es más barato, pero la realidad está detrás de las paredes de cada uno y el salir adelante solas no es de gratis, y aunque no lo crean seguimos esperando, muchas, a esa persona diferente y no solo como pareja, también como amigos, como compañeros, como parte de nuestra vida, queremos gente honesta y no abusiva en nuestra vida, queremos personas conscientes de que ser generoso no significa que puedes abusar, que aún cuando sea tu amiga, tu hermana, tu amor, los trabajos y esfuerzos, merecen una recompensa, una respuesta o de menos un gracias, nadie debe pensar que el dar es obligación, si se da es porque se quiere, pero también se debe aprender a aceptar, y a agradecerlo y claro también puedes decir no, gracias.
El ser independiente no es significado, de estar solo, es no dependencia emocional, por lo cual se buscá a personas afines y dispuestas también a compartir su independencia y volverla en momentos de conciencia inolvidables, personas que les guste recibir, pero también dar, corresponder y, sobre todo empatizar, ya no quiero no ser correspondida.
Estamos viviendo momentos de mucha soledad, de falta de empatía, apatía, de egoísmo, dónde lo urgente está ganandole a lo importante, he visto en este caos, como pocas personas realmente siguen cuidando lo importante en su vida, ahora se cree que porque alguien está ahí, esta bien, dan por entendido que ahí se quedarán y no es así, nos estamos rompiendo, fragmentando, estamos en una etapa de total desapego y no del bueno.
He visto la pérdida de personas, física y mentalmente, veo como el dolor, la envidia, la tristeza e incluso el rencor, los lleva a enojarse con el mundo, a aislarse, encerrarse en esos pensamientos destructivos y llenos de negatividad y construir castillos bien resguardados para que nadie más entre y los lastime más, porque es más fácil estar para adentro que para afuera.
La realidad nos está rebasando y estamos dejando perder lo más valioso que tenemos, nuestra humanidad, por eso hoy quise escribir sobre este dolor en mi alma, sobre ese despertar a una consciencia más afectiva, más empática, más agradecida pero, sobre todo, con más amor para uno mismo y para los que nos rodean, no permitamos que la nada nos coma y nos vuelva personas grises, fantasmas de aquello que un día fuimos.
En fin, me gustaría un mundo mejor, me gustaría encontrar personas afines, interesadas en el prójimo, en brindarle atención, confianza, soporte y, porque no, alguien en quien poder recargarse de vez en cuando, personas que quieran ser parte de, y compartir, lo bueno, lo malo y lo otro.
Hoy decidí escribir esto, porque tengo triste el alma y el corazón, con decepción, pero no de los demás, de mi misma, de mis expectativas y, quizá este mensaje también es un recordatorio para mí y que me recuerda que me merezco una vida mejor y personas mejores en mi vida. Quizá voy a perder a muchas personas que amo, pero también conservaré a las que realmente les importo y que están ahí para mí y me ayudarán a crecer y, por supuesto, yo siempre estaré para ellas.
Abramos pues, nuestra alma y corazón, demos amor y seamos generosos con los demás, porque al final es una bendición tener gente a la que quieres para todo, pero no necesites para nada, porque eso es lo que realmente significa ser independiente, soy feliz conmigo y me hace feliz que estés aquí.
Solo me resta decir gracias, gracias, gracias, a las esas personas que son y están, ha sido una bendición convivir y coincidir con ustedes.
Gamzuletova.
