Te ha pasado alguna vez que perdiste tus
llaves?
Si las de la casa, las del auto, o las del
oficina, o las de donde sea que quieras entrar, y bueno, como buena perdida
andas escarbando en todos lados, y por supuesto a veces, echando culpas de
quien te la pidió prestada o de quien se la quedo, y se vuelve toda una novela
de misterio, porque entre las culpas y la amnesia, la condenadas llaves no
aparecen, ahora que hacemos, buscamos un repuesto, llamamos un cerrajero o que
carambas, lo importante es abrir, pero después de todo esto siempre te
preguntaras ¿ Quién tiene mi llave?
Asi, pues ahora trasladémoslo a nuestra vida,
y sobre todo a la sonada frase de la llave de la felicidad, siiiiiiii, no estoy
cotorreando, estoy hablando de la llave maestra de nuestras vidas, esa, que nos
llevara a la felicidad, la que nos abrirá todas las puertas que tienen aquella
cosas maravillosas que según nuestras creencias
nos llevaran a la felicidad.
Y claro cómo no, tenemos épocas en donde todo
funciona mal, el trabajo, el amor, la amistad, los hijos, la familia, y ya no
la ves llegar y en ese ratito de meditación te preguntas ¿Quién carajos se llevó
mi llave de la felicidad? Donde está, a quien se la entregue, y se llevó con
ella toda mi felicidad del mundo.
Pues bueno te tengo noticias, y buenas, la
llave la tienes tú y nadie más que tú, si igual
que la mayoría de las veces que pierdes las del auto, jajajaja.
Si, resulta que el problema es que a veces con
el pasar de la vida no, nos damos cuenta donde no la escondemos, y no solo eso,
la tapamos, con un montón de cosas, entre ellas las creencias, los consejos e
incluso el dolor y la dejamos ahí enterrada, si para que no salga, porque nos encanta
ir con la bandera de victimas por la vida y decir, se la di a alguien y ese
alguien no la supo valorar y me jodio la vida, jajaja, si es de risa, porque
nuestra felicidad no depende de nadie más, saben, es únicamente nuestra responsabilidad, así que
no hay que ser ridículo y hay que ocuparnos en encontrarla, remontarnos allá,
donde empezaste, donde sabias que eras su dueño y que podías abrir todas esa
puertas que te iban abrir mil oportunidades para ser feliz.
Solo debemos de tomar unos minutos y
encontrarla, en mi opinión en más bien un trabajo de consciencia, de reflexionar, que era realmente lo que nos hace feliz, que nos genera una verdadera paz, regresar si
es preciso a momento justo donde la dejamos, y luego cuando al fin la encontremos, limpiarla,
pulirla y tener el firme propósito de usarla y llevarla siempre colgada al
cuello, luciéndola como una medalla, ya que no todos tenemos el valor de
regresar y encontrar en los escombras algo tan preciado.
Bueno y ahora que la tienes, seguramente
preguntaras y ahora qué?, bueno pues fácil, a usarla, es tiempo de empezar, si es necesario de nuevo, y dirigirte a abrir todas esas puertas que están cerradas, ahora descubrirse
que tú tienes el poder de hacer esa
llave mágica y que no habrá ningún amor, hijo, familia u amigos que te impida
seguir adelanté, ahora sabes que lo importante está en tu fe, en ti mismo, pero
sobre todo la conciencia de que tú eres responsable de tus actos y tus decisiones,
esto te hará más fuerte, ya que, yo no sé, de nadie que se quiera fregar la vida solo.
Eso si te digo, no es fácil, reconocer que uno
es quien tiene la llave, y menos descubrir que cuando la encontraste te has quedado solo,
pero todo los comienzos son difíciles, siempre la tarea de cambiar y renovarse
duele, y da miedo, pero algo si te
aseguro, el camino que ahora vas empezar será más fructífero que el anterior y
lo vas a gozar más, porque ahora tienes conciencia y además porque cuentas con
la llave que no solo abre puertas a nuevos horizontes, también puede dejar bien
cerrados todos los momentos malos, el rencor, el odio, la soberbia y el egoísmo,
el miedo, pero lo mejor de todo la incertidumbre de que alguien tiene tu llave.
Ahora entonces, abre tu alma y tu corazón, perdona, agradece y extiende tus brazos para
todo aquello nuevo que vine y deja atrás ese pasado que ya no sirve de nada, ve
y lucha por lo que quieres, y no dejes cerradas las puertas de lo que amas, recuerda que de eso se trata
la vida, de buscar, encontrarse, tener paz y ser feliz.
Este, está dedicado a ti, que empiezas un camino
de búsqueda y no sabes por dónde empezar, pero sé que la luz pronto te dirá el
camino y lo único que te puedo desear es que tu búsqueda sea fructífera y te
abra las puertas que tanto andas buscando, y que nunca olvides que las puertas llevan a
muchos caminos y quizá algún día nos volvamos a cruzar. IDEM.
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